La infraestructura de una ciudad, el tiempo que vas a quedarte o la agenda de tu viaje pueden ser factores a tener en cuenta para elegirlo, pero sin duda no son los únicos. Elegir entre hotel o apartamento depende de la preferencia del viajero, pero también influye en el coste final de un viaje.
Cuando la duración del viaje es corta, alojar en un hotel suele ser la opción más conveniente para optimizar el tiempo que se estará en el lugar de destino. Pero, ¿y si el viajero se queda dos semanas o más? Aquí es donde las diferencias entre estas opciones cobran más importancia. En este artículo definiremos las ventajas y desventajas de cada una de estas opciones:
Optar por un hotel en los viajes de trabajo ofrece algunas características positivas nada desdeñables para personas que pasan poco tiempo en su alojamiento. Su principal ventaja: el viajero siempre tendrá garantizado el servicio, incluyendo la garantía del check-in sin los contratiempos o incidencias que pueden eventualmente suceder si optamos por un apartamento.
En primer lugar, los hoteles ofrecen una garantía de limpieza y orden que en ocasiones no encontraremos en un apartamento. Si en cualquier momento de la estancia algo no funciona como debería (el aire acondicionado o la calefacción, la conexión a Internet, el agua caliente…), los hoteles podrán ofrecernos un servicio de mantenimiento ágil para solucionar el problema, o directamente una nueva estancia si el arreglo requiere de más tiempo.
Además, aunque las habitaciones de los hoteles no son óptimas para reuniones, muchos hoteles ya cuentan con espacios comunes que se pueden reservar para múltiples usos. Estos espacios frecuentemente están equipados con todo lo necesario para trabajar con eficacia: enchufes, conexión a la red, pantallas para realizar presentaciones…
La comodidad que supone contar con pensión completa o media pensión en un hotel puede también facilitar el día a día durante la estancia. Para el viajero, esto se traduce en no tener que buscar un restaurante ni pensar en cocinar. Por otro lado, el room service de los hoteles suele tener un horario amplio que puede facilitar el trabajo a aquellas personas con horarios difíciles. Estas opciones, ventajosas para muchos viajeros, también presentan una desventaja en la valoración final: el alto coste que suele tener este servicio puede ser un hándicap a la hora de organizar viajes dentro de una empresa.
La gran ventaja de los apartamentos es la flexibilidad que ofrecen a los viajeros, que pueden tener una experiencia más parecida a estar en sus casas durante su estancia.
Para empezar, porque en la nevera del apartamento el viajero podrá guardar todo lo que necesite, y prepararse él o ella misma la comida según sus gustos y necesidades, a lo que se suma la posibilidad de comer más saludable que en un restaurante. En estancias cortas, comer fuera es una buena opción, pero si el viaje se alarga un par de semanas muchas personas preferirán preparar su propia comida. Esto también supone un ahorro para las empresas que merece la pena analizar en el coste total del viaje.
Además, los apartamentos son más amplios que las habitaciones de hotel. El viajero tendrá espacio para relajarse y desconectar después de un día de trabajo, cenar sin ser molestado o preparar la agenda del siguiente día.
En algunos de ellos encontraremos espacios para acoger reuniones, pero no es lo más frecuente. Habitualmente tendremos que desplazarnos a espacios de trabajo alquilados o a las oficinas de clientes o socios para encontrarnos con ellos en un entorno profesional.
¿Cuáles son los factores que más pesan en tu decisión final? ¡Esperamos que este post te haga más fácil la toma de decisiones la próxima vez que viajes por trabajo, o que tengas que organizar el viaje de otra persona!